En una cueva antigua Betoh encontró pinturas que contaban historias fascinantes del pasado maya. Intrigado, preguntó a sus amigos más mayores sobre esas historias. Aprendió cómo los cuentos podían preservar la memoria de generaciones y la sabiduría de los ancestros.
Entusiasmado, decidió compartir esas historias con todos los animales del bosque, ayudando a que la cultura de su tierra permaneciera viva por siempre.