El cuento narra cómo Dina, una pequeña osa, recibe la noticia de que sus padres se separarán. A primera vista es una historia sobre la familia, pero en realidad invita a que las niñas y los niños se pregunten por qué cambian las cosas que les rodean, cómo afectan esos cambios a las personas y qué pueden hacer ellos para comprender la situación y sentirse seguros. Así, la lectura se convierte en una práctica reflexiva que cuestiona las condiciones del mundo cercano y anima a generar ideas para mejorar nuestro entorno social y natural.
A través de ilustraciones suaves y expresivas, vemos a Dina experimentar sorpresa, tristeza y finalmente alivio cuando descubre que su mamá y su papá seguirán queriéndola aunque vivan en casas distintas. El texto es claro, directo y muy respetuoso; no elude la dificultad del tema, pero lo aborda con calidez. Cada página ofrece detalles que el público infantil puede observar para inferir sentimientos: los gestos de los padres, el color que acompaña cada emoción, los objetos que permanecen o cambian. Este diseño convierte al álbum en un excelente ejercicio para “leer más allá de las palabras” y preguntarse:
¿Qué le preocupa a Dina?
¿Qué intentan decirle los papás con su actitud?
¿Qué pistas me da la ilustración para responder?
Conversemos mientras leemos
Detén la lectura en tres momentos clave: cuando Dina oye la noticia, cuando hace su maleta y cuando visita la nueva casa. Pregunta:
“¿Qué crees que está pensando Dina?”
“¿Por qué cambió su gesto de la página anterior a ésta?”
Invita a justificar con algún detalle visible (“su boca está curva”, “el color del fondo cambió”).
Investiguemos las causas
Al terminar el cuento, planteen juntos: “¿Por qué crees que los papás se separaron? ¿Lo explica el libro o debemos imaginar razones?” Explora varias hipótesis y analiza cuál parece más lógica usando lo que se vio o leyó.
Diseñemos un plan de ayuda
Propón que cada niña o niño sugiera una acción para que Dina se sienta mejor: una carta, un dibujo, un rincón en la nueva casa con sus juguetes favoritos. Después, pidan que expliquen por qué su propuesta “ayudaría de verdad”. Con esto ejercitan la relación causa‑efecto y la evaluación de soluciones.
Construyamos otro final
En equipos, creen un final alternativo dibujado: uno en que Dina viva una semana con cada papá; otro en que la familia plante árboles juntos para simbolizar un nuevo comienzo, etcétera. Al compartirlos, comparen cuál final resulta más justo o más realista y fundamenten la elección.
En el aula
• Coloca copias de dos páginas significativas en el “rincón de evidencias”. Los niños pegan notas con lo que “ven” (hecho) y lo que “piensan” (inferencia). Al final, contrastan si las inferencias se sostienen con lo observado.
• Practica la pregunta socrática: después de cada intervención, responde “¿y por qué crees eso?” para motivar que argumenten, no solo opinen.
Con la comunidad escolar
Invita a un psicólogo o mediador familiar a conversar sobre cómo expresar emociones cuando la vida cambia. Pregunten juntos: “¿Qué señales de tristeza o preocupación podemos notar en nuestros amigos?” y diseñen un afiche con recordatorios para escuchar y acompañar.
En el entorno familiar
Envía a casa un “cuestionario de detectives”: tres preguntas que los niños harán a un adulto sobre un cambio que hayan vivido (mudanza, nacimiento de un hermano, etc.). Al regresar, comparten qué descubrieron y qué conclusiones sacaron sobre cómo se enfrenta el cambio.