CAPÍTULO 7
Eje articulador: Pensamiento Crítico
El sol ya empezaba a esconderse tras las copas de los árboles, y el cielo se pintaba de un tono anaranjado profundo que anunciaba el inminente anochecer. Beto sentía la urgencia de emprender el vuelo de regreso a la casita cucú, pues deseaba compartir con su familia las experiencias acumuladas a lo largo del día. Sin embargo, antes de partir, se topó con un grupo de animales reunidos en torno a una cueva.
Había algo de tensión en el ambiente: un armadillo afirmaba que dentro de esa cueva dormía un terrible depredador que robaría las provisiones del bosque, mientras un coatí insistía en que no había nada peligroso allí, solo antiguas pinturas rupestres. Otros animales, asustados por rumores contradictorios, no sabían qué creer.
—¡Beto, ayúdanos!— exclamó el coatí, con ojos de preocupación. —No sabemos si la historia del depredador es cierta o solo un mito que ha circulado por la selva.
Beto, recordando las muchas lecciones del día, supo que la información y el razonamiento eran sus mejores aliados. Se acercó a la cueva con cuidado y los invitó a todos a buscar evidencias en lugar de dejarse llevar por rumores.
Observación cuidadosa: Primero, examinaron huellas y marcas en la entrada. Vieron rastros de aves y pequeños animales, pero nada que pareciera de un gran depredador.
Investigación de fuentes: El coatí propuso hablar con un murciélago que vivía allí desde hacía mucho tiempo. El murciélago contó que, décadas atrás, se decía que un gran jaguar había habitado la cueva, pero que hacía años se había marchado y no había regresado.
Razonamiento y conclusiones: Al final, Beto y los demás compararon la información: los relatos antiguos hablaban de un jaguar, pero las pruebas actuales —huellas, testimonios recientes y la ausencia de indicios de un depredador— sugerían que la amenaza ya no existía.
—No basta con escuchar una sola versión de la historia— explicó Beto con calma. —Debemos analizar la situación, consultar distintas voces y basarnos en las evidencias para sacar conclusiones. Así funciona el pensamiento crítico.
Al darse cuenta de que la historia del jaguar era solo un rumor del pasado, los animales suspiraron de alivio. De pronto, el coatí, entusiasmado, invitó a todos a contemplar las pinturas rupestres dentro de la cueva: ilustraciones milenarias de aves, plantas y antiguos guardianes de la selva. Un tesoro cultural que, por el miedo infundado, habían dejado de visitar.
—Gracias, Beto, por ayudarnos a ver la verdad con claridad— exclamó el armadillo. —Ahora comprendemos que la mejor forma de no dejarnos llevar por temores es preguntar, investigar y reflexionar.
Ya casi en penumbras, Beto emprendió por fin el vuelo a su hogar, recordando cada una de las aventuras que habían marcado su día. Estaba ansioso por compartir sus hallazgos con su familia, que vivía en la acogedora casita cucú del árbol más bonito de la selva.
El reto del capítulo
Para reflexionar: Piensa en un rumor o creencia que alguna vez hayas escuchado y que luego descubriste que no era cierta o estaba incompleta. ¿Cómo fue que llegaste a la verdad?
Para actuar: Cuando escuches algo nuevo o impactante, detente un momento y hazte preguntas: “¿Quién lo dice? ¿Cómo lo sabe? ¿Hay evidencias?” Practica con un amigo o familiar y comparen sus hallazgos.
Con la silueta del sol desvaneciéndose en el horizonte, Beto voló hasta el árbol más hermoso de la selva. La casita cucú esperaba con su cálida luz. Al llegar, vio a su familia salir para recibirlo; con sus alas aún temblando de emoción, Beto estaba listo para contar todo lo que había aprendido a lo largo del día y, así, cerrar su gran viaje con las lecciones que lo harían crecer por dentro.